domingo, 1 de abril de 2007

La Iglesia se forra con la Sagrada Familia






Las visitas a la Sagrada Familia de Barcelona de han convertido en un espléndido negocio libre de impuestos para la Iglesia católica catalana. "El número de visitantes crece sin parar", decía el diario El País el 31-3-2007: cuatro millones de visitantes dejaron en caja ese año 18 millones de euros, más otros 5 millones recaudados por los souvenirs que vende la tienda de recuerdos, todos libres de impuestos.

La gestión del templo y de las obras están a cargo del patronato Junta de Obras de la Sagrada Familia, presidido por Joan Rigol, antiguo hombre fuerte del partido democristiano catalanista UDC y ex presidente del Parlament de Catalunya en la última legislatura de Jordi Pujol como presidente de la Generalitat catalana y máximo dirigente de la coalición CiU. Una parte importante de la dirigencia y la militancia de UDC están adscritos al Opus Dei.

Por otra parte, los roces entre la Junta de Obras y el Ayuntamiento de Barcelona (gobernado por el tripartito de izquierdas desde 1979), son continuos. El último tiene que ver con el modo oportunista en que la Junta se ha sumado a las críticas en relación con el futuro paso del AVE por las inmediaciones del templo, a pesar de que el proyecto prevé que las vías estarán soterradas a cuarenta y cinco metros por debajo del nivel de la calle y por tanto no habrá repercusión alguna ni sobre el templo ni sobre los edificios circundantes.

Diversas fuentes consideran que esa postura de la Junta y en definitiva del arzobispado barcelonés, son un mero chantaje al consistorio de la ciudad para que acepte su proyecto de remodelación urbanística del barrio de la Sagrada Familia, que incluye la destrucción de cientos de viviendas a fin de abrir un paseo central ante la fachada de la Gloria de 300 metros de largo por 60 de ancho que permita la contemplación panorámica del templo. Se trata de una idea original de Antoni Gaudí, concebida en 1916 cuando aún no habían construcciones en torno al templo y de la que jamás se había vuelto a hablar hasta hace unas semanas.