El urbanista Jordi Borja tiene un cabreo monumental con el Ayuntamiento de Barcelona. Borja, que fue uno de los inspiradores del llamado "modelo Barcelona", se ha convertido en uno de sus más feroces críticos a tenor de los artículos que viene publicando últimamente en la edición catalana de EL PAIS.
Jordi Borja fue concejal barcelonés primero con por el PSUC (comunistas catalanes) y luego en las listas del PSC. Como estudioso de las ciudades, Borja ha sido y es una de las voces más respetadas del urbanismo progresista tanto en Europa como en América Latina. Su distanciamiento de las políticas urbanísticas y sociales del Ayuntamiento barcelonés se produjo durante la etapa de Joan Clos al frente de la alcaldía barcelonesa.
Borja cree que el modelo urbanístico de Barcelona ha sufrido una degradación importante en los últimos años, y que ya no responde a los planteamientos que guiaron la etapa más brillante de su desarrollo, cuando en los años ochenta y primeros noventa del pasado siglo la ciudad se renovó enteramente para acoger las Olimpíadas y proyectarse al siglo XXI.
Según Borja, mientras la ciudad-centro Barcelona se ha ido convirtiendo progresivamente en un "parque temático" que sólo atrae capitales especulativos y es visitado intensivamente por un turismo que nada aporta, sus barrios periféricos y la región metropolitana sufren los problemas del urbanismo globalizado y aumenta en ellos el riesgo de exclusión social.
