jueves, 5 de abril de 2007

Duran Lleida y Josep Piqué, cada vez más cerca de lanzar juntos un partido en Catalunya



La distancia entre la UDC que dirige Josep Antoni Duran Lleida y su socio en la coalición Convergència i Unió (CiU), la CDC a cuyo frente figura Artur Mas, crece por momentos.

El recrecido cuestionamiento del liderazgo de Mas tras su fracaso electoral en las últimas elecciones autonómicas catalanas, es tan solo la punta del iceberg y el anticipo de movimientos más de fondo. Desde hace tiempo Duran Lleida está preparando el desenganche de UDC de la coalición CiU, deseoso de ganar un espacio político propio en la política catalana, lejos de una coalición que desde la retirada de Jordi Pujol se desmorona de modo lento pero sostenido.

El espacio que el líder democristiano catalán aspira a ocupar es el del centro derecha catalanista pero no nacionalista. Un sector del arco político en el que se encontraría con Josep Piqué y su equipo en el PP catalán, cuya continuidad durante algún tiempo más en esa formación política, cada vez más virada hacia la extrema derecha españolista, sería un tiempo muerto a la espera de que el ex ministro catalán de Aznar encuentre una mejor alternativa, como la que podría haberle ofrecido ya Duran Lleida.

Las próximas elecciones de mayo confirmarán si la caída electoral de CiU es irremediable o todavía retiene parcelas de poder político local, una vez perdido el control de la Generalitat. En ese sentido, si CiU perdiera su último gran bastión, el ayuntamiento de la ciudad de Tarragona, refugio actual de muchos ex altos cargos pujolistas, el proceso de descomposición de la coalición nacionalista se aceleraría de modo ostensible.

Un detalle que no ha pasado por alto a los analistas es la creciente dificultad para que UDC y CDC logren elaborar candidaturas conjuntas en muchos municipios catalanes, fenómeno que viene de antiguo pero que en esta ocasión ha experimentado una notable alza en el número de listas separadas que se presentan.

En todo caso no parece que hasta ver cómo CiU enfoca las elecciones generales a celebrar en 2008, se vaya a plantear de modo taxativo el proceso formal de constitución de esa nueva fuerza que pretende aglutinar el centro derecha catalán extramuros de la estricta obediencia pujolista.